Experiencia de vida: Maritza Pino

cancer de mama
Hoy queremos compartirte la historia de vida de una mujer amante de la vida, que nos recuerda la importancia de vivir nuestros procesos y aprender de ellos. Ella es Maritza Pino, que desde Panamá brinda su luz a la comunidad de Healing Presents.

Imagina, uno de estos momentos en la vida que uno dice, ¿dónde está la cámara escondida? jajaja, debe ser una broma, se equivocaron con los resultados, esto no puede ser verdad, allí comprendí el desconcierto con todas sus letras, emociones y sentimientos. 

Este es el tipo de sorpresas que no quieres y tampoco te esperas. Te cuento la historia, en enero de 2019 fui a mi examen de rutina con mi ginecólogo, por disciplina personal lo visito dos veces al año, les puedo decir que en ese momento no había señales de nada, salvo que había una pequeña espinilla en la axila y en el ultrasonido mamario, todo se veía normal. 

Pasaron los días me doy una caída y mi madre empieza a insistir, ve al médico, revísate que todo lo relacionado con las mamas hay que prestar atención. Voy a cita nuevamente en marzo y mi médico que lo conozco desde mis 23 años, en pleno examen mamario, le cambia de rostro a uno muy serio y pensativo, y me dice aquí hay algo antes no estaba, revisa, revisa y cada vez está más serio. Cómo soy una preguntona empiezo a interrogarlo y me explica lo que está viendo y busca el expediente para comparar que había antes y que veía ahora. 

El paso siguiente, un radiólogo especialista para una biopsia, ya con esta palabra me puse en estado de alerta, pero en calma, aún no estaba lista para dimensionar lo que estaba sucediendo. 

A partir de ese momento empieza el efecto carrito de montaña rusa esa “sensación de subir en alerta, con el corazón acelerado, una risa que se te escapa, estar arriba y luego abajo con todo, un súper grito liberador, subes, bajas una y otra vez. Luego bajas con una sensación increíble de he vuelto a la normalidad, ¡adrenalina pura!

Wau, que velocidad empezó a tener este carrito y el reloj, jamás me había percatado lo mucho que vale el tiempo, te lo cuento y me erizo de revivirlo. 

Me hacen la biopsia, realmente no duele, solo incomoda un poquito la manipulación, al terminar sigues normal con tus actividades y de allí a esperar. Te soy honesta, me desconecté por completo, hasta que me llamaron para buscar los resultados, ese día a las 2:45 p.m. los tenía en mis manos, los leí y no comprendí nada, busqué en Google y menos claridad me dio jajaja. 

Lo que si, es que el corazón se me acelero por completo, casi no podía respirar y no sabía el por qué, así que, como soy de ocuparme en lugar de preocuparme, use mis herramientas de respiración, tapping y aceites esenciales para calmarme. 

Llame a mi médico y me dio cita para ese mismo día y a las 7:45 p.m. fue un parte aguas en mi vida.

Al recibir la noticia mi cerebro se bloqueó, para estar clara de lo que estaba escuchando hice la pregunta incómoda ¿Esto es cáncer de mamas? y la respuesta fue más incómoda “si mija, lo es”. Me dio de todo, los nervios me descomponen el estómago, me dieron náuseas, ganas de ir al baño jajajaja, sude frío y calor, en segundos paso todo esto, que locura. Pedí un momento para ir al baño a estar conmigo en intimidad y reponerme. 

Al volver, entre el baño y la puerta del consultorio hay de 5 a 10 pasos y me detengo, miro hacia arriba y le digo a mi divinidad “no hay nada que tú hagas que me haga enojar contigo, muéstrame el para qué y guíame, yo estoy lista.”

Mi médico que es un ángel, me dice “mija, ven mañana con tu familia y toma estas pastillas para tranquilizarte”. Lo único que atiné a decirle fue “quiero vivir y pasar por todo este proceso consciente, esto tiene un para que, debo comprenderlo, yo tengo herramientas no invasivas y no son tóxicas”.

De aquí vinieron exámenes, cirugías, tratamientos, síntomas y muchas etapas sentimentales -emocionales de shock, dolor, frustración, ira, vergüenza, tristeza, alegrías y muchas más, todas te las voy a contar en diferentes escritos. 

Cada día es una lección, aprendo a conocerme a mí, a mi cuerpo, mis sentimientos-emociones y sobre todo a AMARME genuinamente. Hoy te puedo decir que he descubierto y estoy viviendo una nueva bendición. Sí, así como lo lees, es una bendición y la agradezco.

Yo decidí cambiar mi conciencia y “QUITARLE LA MUERTE AL CÁNCER”, lo que hay detrás es una historia de vida. Un diagnóstico no es un pronóstico, cada día estamos vivos, sanos y saludables.

@maritzapinog